viernes, 19 de octubre de 2012

Y así es como se fragua la idea de un camino

Recuerdo mis veranos en mi pequeño pueblo leonés, ahí oí a mi tío hablar por primera vez del camino, ese momento se me quedó grabado y me prometí que algún día yo sería un peregrino más.
Muchos años pasaron desde aquel día, tal vez demasiados, pero esa idea nunca se borró, recuerdo hacerme  la promesa de inicio de año que iría al camino pero la idea quedó aletargada, dormida, hasta que un día decidí hacer un viaje a Luxemburgo...

De ese viaje guardo muchísimos recuerdos. pero sobre todo hay uno especial, un día de esos que quieres desconectar del mundo decidí darme un paseo, perderme por esa ciudad tan hermosa. Y ahí estaba como esperándome, queriendo recordarme mi promesa, a más de 1300 kms. de Santiago, el símbolo del camino.


No pude evitar sentarme y quedarme un rato pensando en esa señal, hace tiempo que leí el Peregrino de Compostela de Coelho, en el que te enseña a seguir las señales y de este modo crear tu propio camino, le tomé una foto a la placa y continué mi viaje.

El último día de ese viaje decidí conocer Alemania un pequeño pueblo cerca de Luxemburgo Trier, recuerdo mi última mañana aproveché para recorrerme todo el pueblo hasta que me perdí, estuve un buen rato dando vueltas sin rumbo fijo y entonces apareció...

Otra vez el destino y sus señales, hay veces que hay que creer en esas señales y ahora estaba claro lo que tenía que hacer, tenía que hacer el camino y cumplir una promesa que había hecho a una persona muy importante para mí y a la que por desgracia no podría contarle mi viaje...

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